La historia no ha hecho justicia con el obispo Don Andrés de la Cuesta, uno de los hijos más distinguidos de Hontoria. Tampoco ha sido justa con la población, teniendo en cuenta que ni siquiera se ha llegado a afirmar rotundamente que este hontoriano preclaro naciera aquí.
Quienes han iniciado una aproximación a su biografía, refieren que Don Andrés nació en los primeros años del siglo XVI, en 1516 probablemente, y murió el 4 de Abril de 1564 en el Monasterio de Montserrat cuando volvía de Roma, donde se había distinguido en las sesiones del Concilio de Trento.
En este tiempo, Don Andrés de la Cuesta se había licenciado como maestro en Artes en la Universidad de Alcalá de Henares primero, doctorándose después en Sagrada Teología. Fue Catedrático y rector de esta Universidad así como visitador de la compostelana antes de que Felipe II le propusiera para cubrir la vacante de la Diócesis de León. Dicen que cuando Carlos I se enteró de su nombramiento exclamó: “Será tan grande obispo como doctor y maestro”.
Es cierto que no existe ningún documento que pruebe el origen hontoriano de Don Andrés, puesto que el primer libro de bautizados que se conserva en la parroquia data de mediados del siglo XVI. Pero existen, no obstante, indicios racionales que permiten suponer tal vinculación.
El primero de estos indicios se halla en el libro de defunciones de la iglesia cuando habla de los familiares del Obispo de León: una hermana, un sobrino y el hijo de un sobrino, todos ellos fallecidos en Hontoria a lo largo del siglo XVI.
Además, existe en esta iglesia una bula otorgada a Don Andrés de la Cuesta por la que se concede a la parroquia de San Esteban Protomártir tres días de jubileo: la festividad de San Sebastián, la Resurrección de Jesús y la Asunción de la Virgen. La bula fue concedida en septiembre de 1563.
Por si no fuera suficiente, el propio Don Andrés donó a este templo un relicario que le había entregado el Papa conteniendo las reliquias de San Antonio Abad, San Sebastián, San Fabián, San Blas, Santa Águeda, Santa Apolonia y Santa Lucía.
Pero la evidencia más rotunda para los hontorianos es la existencia del Palacio del Obispo. Según recogen diversas publicaciones: “... el Palacio fue mandado construir por el Ilmo. Obispo de León, Don Andrés de la Cuesta, hijo de la villa, a la cual cedió dicho edificio, que es todo de piedra y magnífico”.
El palacio ocupa una superficie aproximada a los 1.200 metros cuadrados y cuenta de planta baja, dos pisos y desván.
De propiedad municipal desde tiempo inmemorial, hasta hace algunos años, las estancias del Palacio tuvieron diferentes usos. En su interior se encontraba el consultorio médico, las oficinas de las Cajas de Ahorros, la oficina de la Cámara Agraria e incluso existían dos viviendas, ocupadas ambas, cuyos inquilinos pagaban renta al Ayuntamiento.
El Palacio tiene además un ala adosada a la vieja edificación formando un sólo cuerpo, que es lo que constituye la Casa Consistorial. Aunque, en propiedad, no pueda hablarse de éste como parte del palacio, en la apariencia exterior resulta difícil distinguir dónde comienza uno y termina otro. Este anexo fue construido en la década de los cuarenta y se trata de la parte más funcional y confortable de toda la edificación que acoge, como ya se ha dicho, las dependencias municipales y un gran salón de usos múltiples en el que antaño se ofrecían espectáculos teatrales a los que tan aficionados son los hontorianos. Hoy en día esto ha cambiado un poco y si bien la afición de los hontorianos a las comedias teatrales no ha variado ni un ápice, es en el edificio del antiguo granero, hoy restaurado como salón de usos múltiples, donde se llevan a cabo las representaciones teatrales que cada año dan comienzo a las fiestas patronales de la villa.
Otro conexión existente entre Don Andrés de la Cuesta y la villa de Hontoria de Valdearados es la que se refiere a una edificación que pasa por ser de las más antiguas en el pueblo, y que conserva el típico soportal de algunas calles castellanas, además de inscripciones en sus columnas y un escudo en la fachada con el emblema de la Orden de Calatrava. Esta casa viene siendo relacionada con la familia de Don Andrés de la Cuesta que, de esta forma, es considerada perteneciente a dicha orden militar. El fundamento de tal suposición parece radicar en la vinculación de algunos de sus parientes con la mencionada Orden.
Comoquiera que sea, la creencia popular defiende esta relación de su obispo, Don Andrés de la Cuesta, con la Orden de Calatrava e, independientemente de que esta conexión esté fundamentada o no, ningún visitante de Hontoria debería alejarse del lugar sin haber visitado esta antigua casona de la que también se dice que fue Casa Consistorial, antes de que lo fuera –otra casualidad- el palacio del obispo.
En la inscripción existente sobre una de las columnas de la edificación puede leerse una fecha: “Año de 1724” y en otra la jaculatoria “Ave María”. Sobre la fachada, aparece el escudo de la Orden de Calatrava. Así, constituye este edificio una invitación para los más curiosos a escudriñar en la historia y para cualquiera, una invitación al sosiego, a lo que contribuye no poco la recoleta plaza a la que da la casa.